Desde que llegué a mi centro hace nueve años, los principales problemas con los que me encontré fueron la convivencia entre alumnos y entre los alumnos y profesores. Las faltas de respeto eran constantes, insultos, agresiones, etc...Era triste ver a alumnos llorando y hasta profesores llorando por la impotencia de no saber cómo mejorar la convivencia diaria en las aulas y fuera de ellas. La realidad actual es muy diferente y se ha logrado mucho en estos años, pero todavía nos falta un camino largo por recorrer entre las diferentes etapas educativas, dónde familias, alumnos y personal del centro sientan la convivencia como algo suyo y no como algo impuesto, una obligación. Tenemos como objetivo crear un plan de convivencia integral que potencie y cuide las relaciones personales y por supuesto facilite que las personas se sientan felices en el colegio.
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